Oh Señor, dame un corazón
Libre de las llamas del deseo.
Dame una mente
Libre de las olas del engaño.
Oh Señor, dame ojos
Que no vean más que Tu gloria.
Dame una mente
Que se deleite en Tu servicio.
Dame un alma
Embriagada por el vino de Tu sabiduría.
Oh Señor, mi deseo es encontrarte
Pero mis fuerzas no alcanzan
Para comprenderte.
Recordarte es el solaz
De mi apenado corazón,
Constantes compañeros
son los pensamientos de Ti,
Te aclamo noche y día.
La llama de Tu amor brilla
En la oscuridad de mi noche.
Oh Señor, quien Tú matas
no huele a sangre,
Quien Tú quemas no huele a humo,
Pues aquél que quemas es feliz ardiendo,
Y aquél que matas se deleita en la muerte.
Oh Señor, aunque venenosa
sea la flor azul
Es de Tu jardín,
Y aunque 'Abdullah sea un pecador,
Es de Tu pueblo.
Oh Señor, cuando pienso
en Tu compasión
Me siento como un rey coronado;
Cuando pienso en mis pecados
Soy como polvo,
y aún menos que el polvo.
La vida de mi cuerpo palpita sólo por Tí.
Mi corazón late resignado a Tu voluntad.
Sí la hierba creciera sobre mis cenizas
Cada brizna temblaría con devoción a Ti.
Al Ansari