lunes, septiembre 27, 2004

Musica Santa, santa música

Cruzando el desierto del Jorasán, de anochecida, llega del este una pequeña caravana. Los camellos no podían ni beber de flaqueza. Sus dueños tambien eran flacos, como un tallo de hierba en la arena, como los Foqara, pero sus turbantes eran tan bellos y colridos que iluminaban sus rostros y sus ojos cobraban vida al escrutar y perderse en el infinito cielo.
En el aire se escuchaba un viejo canto que llegaba y se iba, se desmayaba y danzaba, latia y se detenia para despues desaparecer como una chispa.

Música Derviche del Jorasán.
Jsin.
25/04/2004

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