ROMEO: (a Julieta tomándola de la mano). Si profano con mi indigna mano este sagrado santuario -pecado de amor es este-, mis labios, peregrinos ruborizados, están dispuestos a hacer penitencia por este áspero toque con un beso.
JULIETA: Buen peregrino, haces mucho agravio a tu mano, que muestra en esto una apropiada devoción; pues hasta los santos tienen manos que tocan las manos de los peregrinos, y el tocar palma con palma es el santo beso de los palmeros.
Romeo y Julieta.Acto I, Escena V
Un tal Shakespeare.
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