Atrás quedaron los escombros: humeantes pedazos de tu casa, veranos incendiados, sangre seca sobre la que se ceba- último buitre- el viento.
Tú emprendes viaje hacia delante, hacia el tiempo bien llamado porvenir. Porque ninguna patria posees, porque ninguna patria es ni será jamás la tuya, porque en ningún país puede arraigar tu corazón deshabitado.
Nunca-y es tan sencillo- podrás abrir una cancela y decir, nada más: “buen día, madre”. Aunque efectivamente el día sea bueno, hay trigo en las eras y los árboles extiendan hacia ti sus fatigadas ramas, ofreciéndote frutos o sombras para que descanses.
1 comentario:
El derrotado
Atrás quedaron los escombros:
humeantes pedazos de tu casa,
veranos incendiados, sangre seca
sobre la que se ceba- último buitre-
el viento.
Tú emprendes viaje hacia delante, hacia
el tiempo bien llamado porvenir.
Porque ninguna patria
posees,
porque ninguna patria
es ni será jamás la tuya,
porque en ningún país
puede arraigar tu corazón deshabitado.
Nunca-y es tan sencillo-
podrás abrir una cancela
y decir, nada más: “buen día,
madre”.
Aunque efectivamente el día sea bueno,
hay trigo en las eras
y los árboles
extiendan hacia ti sus fatigadas
ramas, ofreciéndote
frutos o sombras para que descanses.
Á.González
14.09.05.
(el día que... volim te)
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