Bueno, como el niño tiene dos vias, antes y después del accidente, me he alegrado al sorprenderme. Me explico:
El Bóreas
El latir mecánico,
se ha ido apagando.
El último corazón
por su eco multiplicado.
No es sino estertor,
No es más que llanto
de la ribera, febril espanto.
Da miedo ese futuro
que cae grisáceo
como el cielo de Bilbao,
siempre aplomado.
Veo los barcos abandonados,
como amantes que esperan en vano
el comienzo de un viaje deseado.
El sucio agua
se convierte en lodo,
El desierto muelle es tumba.
Ya no hay hombros que os cargen
Herrumbre y sal.
¡ Qué dolor!
Heridas abiertas al sol.
Muertos en vida.
Apariencia muerta.
Mecidos eternamente,
Eternamente olvidados.
. Jsin. Julio, 1995
El Boreas, era un barco cubano olvidado en el canal. Había dos barcos. Las "autoridades" y clientes no pagaron yuba, todos menos un cocinero. Se quedo, vivio en el barco, la gente del barrio le ayudaba. Murió. Con dos cojones, sin abandonar su buque. ¿ Su nombre?. olvidado. Pero me acuerdo de su barco, para él: